La Justicia confrontó al principal sospechoso del delito de encubrimiento por el crimen del adolescente de 16 años, cuyos huesos fueron encontrados en la pared de un chalet en el barrio porteño de Coghlan, lindante a una casa en la que vivió el cantautor Gustavo Cerati.
Cristian Graf, acusado de encubrir el hallazgo de los restos de Diego Fernández Lima, declaró este lunes ante el juez Alejandro Adrián Litvack y el fiscal Martín López Perrando. Si bien el homicidio del estudiante desaparecido en 1984 está prescripto, la Justicia considera que el dueño de la casa, ubicada sobre la avenida Congreso, en el barrio porteño de Coghlan, tiene alguna implicancia en el hecho.
“Lo de huesos no lo puedo explicar, no puedo decir algo que no sé. Mi familia no conocía a este chico, nadie entiende cómo llegaron ahí, ni mi mamá, ni mi familia”, sostuvo Graf oficialmente, algo que se había cansado de repetir en los medios.
Asimismo, dio detalles de su vida personal y familiar, incluso habló de su situación de salud, marcada por la hipertensión bajo tratamiento. En ese contexto, dijo que su hermana, Ingrid Graf, vive cercana al núcleo familiar y, al momento de los hechos, fue ella quien lo llamó para avisarle del hallazgo, ya que él se encontraba, como de costumbre, cumpliendo su jornada laboral.
Sobre los hechos investigados, Graf negó tener relación o recuerdo alguno de la víctima, incluso tras ser confrontado con registros escolares. “No recuerdo a esta persona, Fernández Lima, yo me entero del hecho en sí cuando estaba trabajando, mi hermana me llama, fue cerca del mediodía… Luego fuimos a declarar a la Policía, le tomaron declaración a mi hermana porque fue la que estaba”, expresó. Asimismo, aseguró haber llegado al domicilio cuando las autoridades ya estaban en el lugar del hallazgo.
En su declaración Graf insistió en que desconocía por completo el origen de los restos hallados en el jardín de su propiedad, y remarcó que su contacto con los obreros que trabajaban en la medianera era estrictamente eventual y referido únicamente a cuestiones edilicias.
Dejó asentado que las explicaciones alternativas que circularon (“huesos traídos por camión”, “una iglesia antigua”, “un establo”) no partieron de su propia boca, y que en realidad lo mencionado en charlas con los obreros respecto a una iglesia obedeció a una anécdota sobre la antigua historia del barrio.
Cabe mencionar que Graf fue confrontado con la imputación de encubrimiento durante la audiencia que se llevó a cabo ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°56. La figura penal de la que se lo acusa implica obrar con el propósito de ayudar a evitar que un hecho delictivo sea descubierto o que los responsables sean individualizados.